29 de junio de 2020

El presidente eligió bando

El atentado en contra del Secretario de Seguridad Pública del Gobierno de la Ciudad de México el pasado viernes puso de manifiesto, una vez más, el poderío de los carteles delincuenciales. Se le atribuyó de inmediato al Cartel Jalisco Nueva Generación y se logro la captura de muchos de los implicados en el hecho delictivo, que costo la vida de dos elementos de escolta y de una ciudadana. La violencia generada en México tiene su raíz en la guerra por territorios entre los grupos delincuenciales, no es una violencia generada por su combate por las fuerzas del orden mexicanas.

Los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto se caracterizaron por combatir a todos los grupos por igual. En algunos casos, los resultados causaron más impacto en algunos grupos que en otros, pero el combate era en todos los frentes. El vox populi, siempre cargado del usual sospechosísimo mexicano, era de que uno y otro estaban en contubernio con tal o cual cartel, sin pruebas contundentes.

En el actual gobierno del presidente López, ese sospechosísimo sí tiene pruebas contundentes de la preferencia hacia uno de esos grupos delincuenciales: El saludo de mano entre el presidente y la madre de Joaquín Guzmán Loera y la liberación del hijo de este cuando ya había sido capturado en Culiacán.

Esto es gravísimo por varios frentes. El primero, la capitulación del Estado ante ese grupo para evitar que sigan con sus actividades delictivas. El segundo, porque los otros grupos pueden interpretar esas deferencias como un mensaje de alianza para proteger los intereses del Chapo. El tercero, al volverse aliado del Cartel de Sinaloa el presidente puede ser considerado enemigo de los demás. Y cuarto, porque el presidente insiste en que no hay guerra y que no va a caer en provocaciones por el atentado en la Ciudad de México.

Ente esto, es imperativo que la seguridad del presidente López sea reforzada y que asuma su rol como Jefe del Estado Mexicano y deje su protagonismo de candidato en campaña. También es muy importante que deje de poner en riesgo a las ciudadanas y ciudadanos que tienen que tomar los mismos vuelos que él y use los medios de transporte que corresponden a una investidura presidencial.

El presidente eligió bando y eso es peligrosísimo para él, para la figura presidencial, para la democracia y para el país.


22 de junio de 2020

Cúmplase la ley en los bueyes de mi compadre

En noviembre de 2014, un equipo de investigación periodística encabezado por Carmen Aristegui sacó a la luz la compra de una casa valuada en 7 millones de dólares por parte de la primera dama Angélica Rivera. En ese entonces, muchos de los personajes que actualmente están en el gobierno celebraron, extinguieron y usaron como botín político un posible conflicto de intereses y cuestionaron la capacidad económica de una actriz para comprar semejante propiedad. Llamaron, incluso, a que todo el gabinete revelara sus bienes y los hicieran públicos. Culpaban a los funcionarios del gobierno de corruptos por tener bienes materiales.

Desde que inicio el gobierno del presidente López, se han suscitado escandalo tras escandalo inmobiliario, empezando por Manuel Bartlett hasta el más reciente con Eréndira Sandoval, el primero con 23 propiedades y la segunda con, al menos, 6. El signo de los escándalos en este gobierno parece ser el inmobiliario. Cosechan lo que sembraron y con creces. Ellos sembraron la idea de que tener propiedades es sinónimo de corrupción, aunque las adquieras legal y justificadamente, así como tus ingresos te permitan realizar dichas transacciones económicas.

En el caso de la secretaria de la Función Pública es mucho más grave la situación, pues el monto de los bienes no se puede justificar con el ingreso que ella y su marido percibían al momento de adquirirlos. Además, haber sido beneficiada con la donación de un terreno por parte del gobierno de la Ciudad de México no tiene justificación y si mucha sospecha de pago de cuentas. El trabajo que realiza esta secretaría es de vital importancia para combatir a la corrupción, lo que se complica si su titular esta bajo la sospecha de ser parte del problema.

Lo que más pena ajena da, es que aquellos que se rasgaban las vestiduras en 2014 exigiendo transparencia en los bienes de los funcionarios públicos y combate a la corrupción, son hoy los primeros en salir a defender a quien tiene el mandato de investigar posibles actos de corrupción. Planteo dos escenarios: Salieron a defenderla para tenerla de aliada y evitar futuras investigaciones hacia ellos o ella los amagó con investigarlos si no salían públicamente a defenderla. En cualquiera de los dos casos tenemos serios problemas.

Prosperar honestamente, adquirir bienes y salir adelante con las oportunidades honestas que la vida nos presente es causa de orgullo, no de corrupción ni de escarnio. Este gobierno quiere que el pueblo sea pobre para tenernos controlados con sus becas y ayudas, y no que seamos prósperos y libres. Sin empresarios ni emprendedores no hay empleos ni pago de contribuciones, por lo que el dinero que hoy derrochan se acabará en la misma proporción que sigan con sus errores y cantaletas falsas de que ser pobre es bueno y tener bienes es por ser corrupto.

Ya es hora de que se cumpla la ley en todos los bueyes, no solo en los del compadre.


19 de junio de 2020

Organización, humildad y trabajo constante.

México está a punto de entrar al periodo electoral 2021, donde tendremos elecciones para cientos de puestos de elección entre ellos gobernaturas, alcaldías, diputados locales y, los más importantes, diputados federales. Y digo que son los más importantes porque el actual gobierno tiene mayoría en las dos cámaras que integran al Congreso de la Unión y son una aplanadora como en los peores momentos del viejo PRI.

Como ciudadano, estoy convencido que el modelo que pretende impulsar el presidente López y su partido no es el camino adecuado para México. Es regresar a las peores practicas del pasado, pero con la gravedad de usar las peores practicas del presente, tratando de imponer una visión de gobierno que ha demostrado ser un fracaso en los países que aun sufren su implementación. Países otrora ricos, democráticos y con perspectivas de mucho crecimiento y desarrollo, hoy son la paria del mundo y sus gobiernos bufones pretendiendo ser reyes.

También estoy convencido que este régimen a ofendido a millones de mexicanas y mexicanos que no compartimos sus ideas y que día tras día han recibido golpes, mofas, denostaciones y escarnio público en un afán de socavar su dignidad y buen nombre. Lo que ha conseguido este gobierno, es que, como hace mucho no se veía, se esté pensando en opciones no contempladas en la constitución para el cambio de poderes, lo que es gravísimo y de serias consecuencias. Si caemos en esa tentación estaremos condenando al país a una crisis económica y social como en los tiempos de la revolución mexicana. La vía constitucional es la única que nos permitirá cambiar y encaminarnos a una recuperación pronta de la actual situación.

Es tiempo de que los ciudadanos honestos, éticos y comprometidos con las mejores causas de este país participemos activamente en la política. Hay que cambiar a los políticos ególatras y soberbios por ciudadanos honestos, humildes y responsables. Es fundamental que nos organicemos desde ahora para trabajar humildemente por reconquistar el poder y ponerlo a trabajar constantemente por el bien común. Desde el poder no se debe descalificar ni humillar ni menospreciar a los opositores. Desde el poder se debe trabajar por la unidad del país, por escuchar las voces que transmiten otras ideas y por el bien común.